Este año aceleró un proceso que hace tiempo se venía gestando. Los entornos de enseñanza virtual se consolidaron de forma acelerada y se esperan más avances de la mano de Big Data y Machine Learning.
Apenas se desató la pandemia de Covid-19, la migración a entornos virtuales por parte de las universidades significó todo un desafío (especialmente para aquellas que ya tenían afianzado un modelo de aprendizaje presencial). En este segundo año, atravesado también por la pandemia, muchas instituciones se vieron forzadas a acelerar la aplicación de tecnologías para contener a su comunidad educativa. Gracias a la creación de esos entornos virtuales lograron garantizar la continuidad de las clases.
A partir de la incorporación de estas herramientas, aumentaron las posibilidades de traspasar las barreras físicas en la educación superior: cada vez más instituciones daban el salto hacia una transformación digital.
Por esos beneficios, entre tantos otros, podemos decir que el modelo híbrido o blended de educación -virtual y presencial- llegó para quedarse. Esto genera mayores posibilidades de acceso a la educación universitaria y contribuye a la generación de oportunidades para todo el sector educativo en materia de implementación de tecnologías.
En estos tiempos, descubrimos el valor de las tecnologías aplicadas a la educación. De ahora en adelante, los desafíos serán mejorar y escalar las experiencias exitosas y elevar la calidad de las clases y contenidos en los entornos virtuales.
De la mano del avance tecnológico
Si bien es cierto que durante el 2021 vimos cómo la educación tradicional se esforzó en incluir tecnología para desarrollar sus procesos de aprendizaje, en 2022 presenciaremos cómo van a introducir los cambios necesarios para alcanzar el equilibrio entre el uso de la tecnología y la transformación digital de la educación para elevar la calidad educativa.
De hecho, no es casual que haya una proliferación de startups vinculadas a la educación. Se estima que para el 2030, el mercado mundial de la educación alcance al menos los 10 billones de dólares (HolonIQ). Este impulso se debe al crecimiento de la población y la necesidad de capacitación constante para el desarrollo y mejora de las competencias personales.
Por otra parte, la creación de experiencias significativas para los estudiantes será un punto clave de la educación del futuro. Generar interacción con los estudiantes y apostar a nuevos modelos de enseñanza-aprendizaje centrados en la persona, son tendencias en crecimiento.
Avanzar hacia la transformación digital no tiene que ver solamente con modernizar los procesos: también se trata de lograr un verdadero impacto en la trayectoria de cada estudiante. En el ebook Cómo evaluar y elegir eficientemente soluciones de Inteligencia Artificial para instituciones de Educación Superior, está disponible la información para guiar a todas las instituciones interesadas en dar el próximo paso.
Una posibilidad de crear procesos educativos personalizados con elementos motivadores para cada estudiante es gracias a la aplicación de Big Data, que también tiene el potencial de adaptar el nivel de los itinerarios en función de las capacidades y motivaciones de cada estudiante.
Otra de las particularidades del próximo año será ver cómo se evoluciona de la educación unidireccional a la construcciones de espirales de aprendizaje, es decir, conocimientos colaborativos. Para el año 2022, lo importante no será retransmitir clases presenciales en vivo, sino la creación de propuestas para que integren la clase como parte de un learning loop.
Conocimiento centrado y veloz
Los cursos largos, con mucho material anexo, perderán convocatoria frente a propuestas más intensivas y enfocadas en habilidades y competencias específicas para nuevas profesiones o de alta demanda.
De igual manera sucede con el acceso al conocimiento autogestivo, dado que abundan las plataformas que ofrecen formaciones prácticas (contenidos online, webinars, videos, cursos cortos) en muchos casos de manera libre y gratuita. Esto evidencia que el comportamiento del estudiante cambió significativamente, y que un nuevo desafío para las universidades será comprender y adaptar sus propuestas a las demandas actuales.
Blockchain para el sector educativo
Hace bastante que escuchamos sobre blockchain relacionado a otras industrias. Actualmente, ya se está aplicando en la educación superior.
Esto permite, entre otras cosas, que los estudiantes sean propietarios y tengan control de todos sus datos durante su trayectoria educativa. Del mismo modo, universidades prestigiosas alrededor del mundo emplean esta tecnología para la emisión de diplomas. Esto le reduce recursos a la institución y permite a cada usuario validar su título por sí mismo.
Aulas híbridas
Finalmente, aunque el e-learning se haya democratizado, es posible pensar en las universidades como espacios amplios y diversos, donde conviven los distintos modelos que funcionaron durante la pandemia: modelos online, sincrónicos, asincrónicos, híbridos y multimodales, además del presencial.
La universidad que emplee el modelo presencial tal como la conocemos no dejará de existir, en parte debido a la fuerte experiencia social que representa, sin embargo, si no se adapta a las necesidades de su comunidad, aumentará el riesgo de deserción.
Si bien la pandemia de Covid-19 impactó en el acceso a la educación de jóvenes en todo el mundo, en el plano EdTech representó una oportunidad para expandirse y mostrar su potencialidad. Es tiempo de que todas las instituciones educativas puedan sumarse también a esta creciente ola.
¿Crees que es la hora de que tu institución sea parte de este cambio? Ponte en contacto con nosotros y te asesoraremos.
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